"BAILAR EL VIENTO"

lunes, 10 de enero de 2011

QUE VIDA ME DARIAS, OH CAPITAN, MI CAPITAN....

Lunes, triste, melancólico... inicia la semana como cualquier otra semana. Con las mismas ojeras, ganas y entusiasmo por afrontar este nuevo lunes. Entre café y café voy cojiendo el ritmo. Enchufo mi equipo de música y busco algo que me distraiga de las horas que me quedan por delante. Otro café y a tu ritmo voy despertando. A media mañana y después de casi toda tu discografía ya nadie puede pararme. Caeré rendida al llegar a casa, seguro. Por suerte, y gracias a esa combinación de nostalgia, recuerdos y tu música, mi mano agarró algo para escribir y casi sin respirar me salió algo. Eso que solo sale en estos largos lunes. Eso que solo sale si tu estás lejos y no se nada de tí. Eso que solo sale si hay un corazoncito esperanzado queriendo volver a verte, escucharte, sentirte y llorarte. Eso... lo comparto con vosotros porque seguro que no soy la única que intenta sobrevivir en este vacio lunes sin noticias de tí. Es pero que os guste.

... Cien veces que yo viviera
Mil veces que repetiría,
Que por primera vez te viera
Con más ganas te amaría,
Cien veces que te escuchara
Mil veces que soñaría,
Tener tan cerquita tu cara
Con tus labios rozando la mía,
 Cien veces, cien
Miles de veces serían,
las vidas que a tu vera
acurrucaita me pasaría,
Cien vidas, mil sueños
Cientos de sentimientos
Miles de deseos...
...Que vida me darías sino existieras en mi vida...

Mi alma te pertenece
Antes de haberte conocido
Ni los dioses se merecen
Un corazón que no es mío.
En un altar guardaste
Lo más precioso de la vida,
Corazón que en barquita llevaste
Allá en tu Isla Cristina.
Robaste con él mi ser
Raptando todos mis deseos,
Acunándolos con melódica fe
Susurrándoles miles de besos.
Cuanto te echo de menos,
Oh!, cuanto de menos te echo.

Capitan, mi capitan. Dame vida, dame de tí. Devúelveme el rumbo, devúelveme la fe. Aparece de nuevo en mi camino, dale lumbre a ese faro que guía a esta sirena a echar anclas en tu barco. Capitan, mi capitan. Vuelve rápido que muero sin tu voz, vivo sin aliento y empeoro cada segundo que tu barquita descansa en esos otros puertos.



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