Blanco sobre blanco, lienzo de colores. En la realidad eres transparente, en mi mente una exposición digna del mejor museo de arte. Inalcanzable, a veces; pegadito a mi cuando te sueño. Mientras te imagino, todo el mundo es bello; pero es abrir los ojos y darme de bruces con la cruda realidad. Solventas mis males, curas mis penas, relajas mi mente y aupas mi autoestima, pero me hundes en una espiral sin fin, en un agujero negro que mi alma no ve porque mi corazón sólo se fija en la luz del final del túnel. Te llevo conmigo y siento tu aliento, tu respiración y tu maravilloso acento, pero el aire me roba todo en un momento. Eres frágil cuando más fuerte te noto y me haces débil cuanto más llegas a mis adentros. Un sin fin de sentimientos, muy pocas palabras para describirlos, son momentos, son deseos, son tus ojos en los que yo me veo. Perdería todo lo que tengo y ganaría aquello que no poseo, pero tu no eres premio ni recompensa, eres el crupier de este juego. En la soledad y en la compañía, en lo más profundo de mi ser y en cada poro de mi piel, tu aroma, tu risa, tu dulce mirada, tu fugaz tacto, milésimas de segundo que perduran años. Jamás sentí lo mismo de lo que siento cada día, día que abrió mis sentidos, día que empezó mi vida. Quizás no eres consciente de lo que provocas con lo que eres, pero seguro que si sientes la felicidad que desprendes, lo que emana de tí, créeme, te lo devolvería millones de veces, me gustaría hacerte sentir lo que tú consigues hacerme, pagarte con la misma moneda, demostrarte un bello mundo, un paisaje de marismas y una playa bajo los pies rompiendo las olas entre tus dedos y recordándote cada día que tu vida me da vida y tu vida me da miedo, miedo de perder lo que tengo, miedo de perder lo que siento. Porque si pierdo no vivo, porque sin ti me muero.
FELICES Y DULCES SUEÑOS A TODOS.
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