DESPEDIDA DEL BAR DE LOS PESARES...

El día que siempre llega

el día que nunca acaba,

siempre terminan las lágrimas

por inundar mi dulce cara.

Tenía fe y esperanza

Ilusión desde el primer día

y en el empeño dejé mi alma,

mis sueños y mi vida.

Llegó el momento

llegó la hora,

por sentir lo que siento

mi corazón llora.

La barra se quedo triste

El salón vacío

pero tu presencia existe,

en ese altar que era mío.

El hueco de la pared

se vuelve ahora frío

y pensar que una vez
tu sonrisa le dió brillo.
No me ha costado dejarlo
no lloraba por cerrarlo
mis lágrimas me descubrían
al descolgar los cuadros
que no era pena lo que sentían
sino más bien melancolía
de no seguir la rutina
de los cafés con garbo,
de los desayunos con simpatía
bajo tu atenta mirada
y tu música sonando.
Se acabó lo que se daba
se cerraron los "pesares"
ahora buscaré una aldaba
donde colocar mis altares.
Pero sea como fuere
y pase lo que pase
te llevaré sin que me pese
y nunca dejare de mirarte.

Se cerró el bar de los pesares, cesé mi dulce trabajo, sólo me llevo el recuerdo de aquellos cuadros que desde las paredes, me daban vida todos los días para seguir viviendo, para seguir amando. A todos los que pasasteis por aquí, os doy las gracias. A todos con los que compartí mañanas, desayunos y cafés, a todos a los que dí la tabarra con mi música matinera, mi subeleeeee, mis piropos y mis sueños.... a todos, de nuevo gracias, de mi parte (y de parte de los cuadros de las fotos de las paredes, que por momentos mágicos cobraban vida)