"Cuando Dios creó el mundo, dispuso los planetas, el firmamento, las galaxias y todo el universo. Despúes creó el sol y la luna y les encomendó unas misiones muy importantes:
SOL, dijo el creador, tu que eres fuerte y radiante, lleno de energía y calor, cumpliras la tarea de alumbrar, calentar y dar vida a todos los seres de la tierra. Durante unas horas al día rodearas la tierra y cumplirás tu misión en cada rincón.
LUNA, tu que eres frágil y misteriosa, mágica y soñadora, acompañaras los duermevelas, darás claridad entre las tinieblas y guiarás el camino de los perdidos, los enamorados y los soñadores.
Los dos, LUNA y SOL, prosiguió, os complementareís para que todos os tengan presentes, y vuestras misiones nunca pueden solaparse porque se produciría el caos.
El creador no cayó en la cuenta que la LUNA se había enamorado completamente del SOL desde el primer momento en que lo vió, pero desafortunadamente la LUNA y el SOL cumplían fielmente sus funciones, tanto que era imposible alcanzarlo por mucho que corriera, por mucho que deseara cruzarse en su camino.
Un día después de mucho tiempo, la LUNA seguía ensimismada en su enamoramiento y el creador le preguntó por su tristeza. Al escuchar sus lamentos, Dios le dijo -No te preocupes LUNA, no dejaré que te sientas sola, voy a darte algo que te acompañará allá donde vallas. Así Dios creó las estrellas que acompañan a la Luna por su paseo entre las tinieblas. Pero aún así, LUNA seguía triste.
Continuó pasando el tiempo y LUNA lloraba cada noche al ver que SOL se escondía. Un día, a LUNA se le ocurrió que si en vez de avanzar en su cometido y cumplir sus funciones, se retrasaba paulatinamente sin que el creador se diera cuenta, llegaría un momento que el cumplidor SOL la alcanzara sin problemas.
Y así fue. Tiempo más tarde el SOL se disponía a radiar con sus haces de luz despuntando en el horizonte, enseñando sus magníficos colores que se funden entre la difuminada oscuridad, confiado en que, como cada día, LUNA se habría retirado a descansar. Pero lo que vieron sus ojos fue algo nuevo. Ante él, blanca como el marfil, fría como el acero, se cruzó en su camino la LUNA, anteponiéndose en su misión. Llenando de oscuridad la cálida luz, acercó sus labios a la cálida boca del SOL, robándole un beso fugaz y sin poder detener su movimiento, se apartó diciendo las siguientes palabras:
TU QUE ERES MI VIDA Y MI CORAZÓN. TU QUE ERES MI OTRA MITAD. TU QUE SIEMPRE ESTÁS SEGURO DE SER EL ASTRO REY. YA SABES QUE UNA PEQUEÑA LUNÁTICA HA CONSEGUIDO CRUZARSE EN TU CAMINO.. Y LO VOLVERÉ A HACER TODAS LAS VECES QUE PUEDA, PORQUE TU MOMENTÁNEO ROCE ME DA FUERZA, ME DA VIDA... ME DA ESPERANZA."
"Manuel, muchas pequeñas lúnaticas seriamos capaces de cambiar nuestro rumbo en la vida sólo por rozarte"
BUENAS NOCHES A TODOS Y FELICES SUEÑOS.
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