Hoy, en mi pueblo, el club de petanca federado se jugaba su prestigio en el campeonato comarcal. El club de mi pueblo lo forman 135 personas (hombres y mujeres) de edades comprendidas entre los 52 y los 89 años. Los 16 mas buenos compiten anualmente con los 16 mejores de los demás clubes de la comarca. En el campeonato comarcal se juntan (por tripletas o cuartetos) unos 100 competidores. Cada año se celebra en un municipio diferente, y como cada vez que toca en el mio, la comisión de organizacion me encarga que les prepare el pica-pica posterior al encuentro. Les preparo con mimo unas tapitas, unos surtidos de embutidos, unas tortillas de patatas, pan con tomate, olivitas,... y bebida, para que todos queden contentos. Sobre las 12:30 del mediodía, montamos los tableros con caballetes, lo adornamos con la bandera del municipio, y les preparo el "festín". Una vez han acabado todos, se relajan, guardan bolas y boliches, y se acercan al stand del pica-pica. Yo les sirvo, los animo, charlamos sobre las partidas y compartimos un buen ratito. Hoy, a parte de compartir algo mas que unos refrigerios y algo de picar, muchos de ellos han compartido conmigo un buen debate. El tema principal del debate surgió después de hacer un comentario de "que dura es la vida y que mayores estamos". Yo le replique a la achaparrada señora con un "pues al menos ustedes lo tienen todo echo, pero nosostros los jóvenes, tal y como están las cosas, a ver que futuro le dejamos a nuestros hijos". En ese momento se arremolinaron en corrillo muchos de los oyentes y participantes me hicieron ver su realidad. La realidad de aquellos que tuvieron que dejarlo todo. La realidad de aquellos que abandonaron sus pueblos, sus familias, sus amores,... La realidad de aquellos que no tenían tiempo de ocio, no iban de cine, ni discotecas, ni mucho menos de conciertos. La realidad de aquellos que se quitaron el pan de la boca para dárselo a su hijo primogénito que vino cuando solo eran unos chavales. La realidad de estas personas que después de tanto luchar en la vida, aun agradecen a aquel que esta allí arriba que les haya permitido llegar hasta hoy. Y es mas, que aun a día de hoy, siguen luchando ellos por los que mas quieren. Cuidan de sus nietos, ayudan a sus hijos, cuidan de sus amigos.. y si les queda algo de energía se juntan de tanto en tanto y se dan algún que otro bailecito en el casal del pueblo, bailecitos que se perdieron en sus días y los recuperan hoy con igual o mayor entusiasmo.
Toda esa conversacion me ha echo entender que la vida, tal y como yo la conozco, es dura, muy dura. Pero la vida, es un regalo, sea dura o terrible, siempre es vida.
Durante la media hora larga de debate hubo momentos de risas, recuerdos, afectos, y alguna que otra lágrima. Después, se me ocurrió poner el cd del coche y darle volumen. Busque un tema que me pareció adecuado para el momento y comenzo a sonar "la vida es". Con puertas y maletero abierto, Manuel cantando a todo trapo, el pica-pica dando sus últimos coletazos, y los sentimientos de todos a flor de piel, yo comencé a sacar a bailar a los que tanto han vivido y poco han recibido. De pronto, el campo de fútbol municipal, donde hasta hacia unas horas se había celebrado un campeonato, se convirtió en un guateque donde todos por igual disfrutamos, bailamos y reímos.
La mañana acabo tan bien que ya me han encargado que me ocupe yo del próximo comarcal, aunque no se celebre en mi pueblo.
Bueno con esta historia, solo me queda decir que el vídeo que acompaña la entrada va dedicado a todos aquellos que, tengan la edad que tengan, sean de donde sean y hagan lo que hagan, siempre luchan por aquello que consideran que vale la pena, sobretodo por vivir (o sobrevivir). Un beso a todos.
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