Hoy, un día después de San Valentín, echándole un vistazo al FB he encontrado una preciosidad escrita por Jordi Cristau. Después de leerlo me he sentido rara. Empatizando con cada una de las letras, de las palabras de Jordi, a cada frase se me estremecía el alma y me recorría un mundo de sentimientos. El ángel del que habla Jordi es el mismo que al menos una vez en la vida, toca las puertas de nuestros corazones. Unas veces para volar eternamente y otras para caer iniciado el vuelo. El peso del amor, la tensión de la vida, la confianza necesaria para no soltar esa mano que da seguridad... todo o nada, pero simepre apostando, siempre intentando, siempre queriendo querer, siempre dando la cara a lo que te puede dar la espalda o corresponderte con un beso. La elección está en nuestra mano, está en nuestro carácter innato de ser humano, de alma en pena con corazoncito que, a veces, manda sobre la razón, decide por nosotros cuando la lógica indica que deberíamos discernir con el conocimiento. En cierta manera, lo que Jordi describe, es lo que nos pasa a much@s de los fans de Manuel. Manuel, como si se tratase de ese ángel, nos visitó alguna vez en nuestras vidas, y nos ofreció volar junto a él, y aún sabiendo que el vuelo era difícil, arriesgado, incierto, casi todos decidimos acompañarlo, aunque perdiéramos parte de nosotros en el viaje, sabíamos de antemano que confiar en él era lo más importante para asegurarnos de no caer, ofreciéndole nuestra lealtad, nuestros sueños y nuestro amor.
Gracias Jordi por deleitarnos con esas bellas palabras y ojalá el ángel nunca te deje caer y te acompañe durante el resto de la vida cantándote canciones mientras tu les pones música.
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